La perfección no existe en ninguna faceta humana, ya que las personas somos animales racionales, lo cual no es producto de una gran sabiduría.
La inteligencia, en el hombre, ya que la inteligencia en la mujer durante siglos fue ignorada con más o menos desprecio en todas las culturas, va siendo visible y con convicción sólo en el varón. Aunque en el siglo XX y en Occidente las cosas parece que están tomando otro cariz dando a la mujer las mismas oportunidades y, progresivamente, va abriendo ella sola el camino a paso de gigante, aunque las cosas no son tan fáciles como aparentan ser; sigue el machismo aflorando tan cruel como despiadado.
Parte del feminismo, del cual algunas mujeres se sirvieron del estilo varonil, como fumar, beber, etc., también carece de ética, ya que ha dañado a la mujer poseedora de innatos valores lúcidos, nada utópicos, y no “metamorfosis” de rol femenino a masculino; peor imposible. Solamente cuando el hombre sea capaz de compartir, sin que emerja de su interior la superioridad hacia su semejante femenino, encontrará el ímpetu idóneo como persona, donde quizá se ofrezca a sí mismo la oportunidad de aproximarse a la perfección.
Quizás sea la envidia que hace machista a cierta clase de mujer, que quiere para ella sola la supremacía, y no compartir igualdad con personas del mismo sexo, igual que el varón se siente muy superior, viendo como fémina enemiga rival a otra mujer y a la que intentará anular con arte vestigios de inteligencia.
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M’ha agradat molt llegir aquest text, perquè el passat divendres 27 abril de 2018 vaig poder asseure a devora la teva mare i la vaig escoltar recitar i cantar. Un guster, tot plegat.
Moltes gràcies, Joan.
Encantat de poder-li transmetre el teu missatge.
Jaume